Un testigo declara a la policía que trasladó obras de arte del IVAM al chalé de Consuelo Císcar

Un testigo declara a la policía que trasladó obras de arte del IVAM al chalé de Consuelo Císcar
13 diciembre, 2016 avvac

Articulo original publicado el 13/12/2016 en www.lasprovincias.es
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Comunitat Valenciana. Valencia. Valencia. 10-06-2016. Consuelo Ciscar, exdirectora del Ivam, a la entrada en la Ciutat de la Justícia. Foto: Irene Marsilla

El testimonio de un empleado de una empresa de transporte recogido por la UDEF revela que hacía mudanzas sin relación con el museo

El juzgado que investiga la gestión de Consuelo Císcar en el IVAM sigue recibiendo documentación que acreditaría las graves irregularidades que supuestamente cometió la directora de las instalaciones. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) ha remitido un breve informe a la juez instructora en el que comunica algunos avances de las pesquisas.

Así, entre las últimas diligencias practicadas, destaca la declaración de un extrabajador de la empresa Logística del Arte, una de las contratistas habituales de las dependencias. El exempleado relata a los agentes un episodio sorprendente tras desmontar una exposición en el IVAM. Un compañero le dijo: «Debemos llevar una escultura al chalé de Consuelo Císcar en Alzira, pero no digas nada». Los trabajadores procedieron al traslado de la obra al domicilio de la responsable. «Nos recibió Císcar y varios de sus empleados», confirmó a la policía. Se da la circunstancia, además, de que el testigo acudió ese día al museo únicamente para cumplir el cometido anterior.

Los expertos de la Policía Nacional han completado la declaración con sus propias averiguaciones. Las indicaciones del testigo permitieron concluir que se trataba de la obra ‘Colour light exercises’, del autor Bernadí Roig. Se trata de una pieza del tamaño de una persona, de color blanco y con unos tubos fluorescentes a su alrededor. El artista, nacido en Palma de Mallorca, expuso en el IVAM a finales de 2009. bajo el título ‘Shadows must dance’. La biblioteca de las instalaciones guarda una publicación de aquella muestra en la que aparecen fotografías de las piezas, entre ellas la obra bajo cuestión. Los agentes también constataron la existencia de documentación que acredita la citada exposición así como el traslado del material, según recoge el informe de la unidad especializada de la Policía.

La causa judicial arrancó a raíz de un anónimo. En aquel escrito, ya se mencionaba que el matrimonio -Císcar está casada con Rafael Blasco, condenado por el desvío de ayudas para el Tercer Mundo a intereses privados- poseía una de las mayores colecciones de obras de arte y algunas piezas habían sido ‘robadas’ al museo o regaladas por artistas a cambio de «promoción o exposiciones».

No es esta la única actuación aparentemente sospechosa que figura en el trabajo policial. El mismo testigo informa de un trato cuanto menos extraño entre la responsable de una institución y un empresario beneficiado por adjudicaciones. Se trata de Enrique Martínez, conocido de Císcar, y que controlaba las dos firmas de transporte con las que trabajaba el museo valenciano: Logistica del Arte y Valsatrans.

«Le llamaba en numerosas ocasiones para solicitarle que llevase a su madre -la de la directora del museo- a la peluquería y a otros lugares». Además, también eran requeridos para el traslado de enseres de una vivienda a otra, sin ninguna relación con obras de arte ni tampoco con el IVAM. El informe policial no aclara si esas tareas eran remuneradas por la propia directora.

El declarante aborda otra de las vías abiertas en esta investigación, si Rablaci, nombre artístico del hijo del matrimonio, se vio favorecido por empresas que habitualmente trabajaban para el IVAM, según informaron en su día fuentes judiciales. Recuerda el testigo que Císcar se presentó en las dependencias de la empresa, ubicada en Bétera, para «elegir una obra de su hijo para regalársela a su hermano». En aquellas instalaciones se guardaban muchos trabajos del artista valenciano. Al día siguiente se llevó el cuadro en un furgón al domicilio del hermano de la directora. Esta empresa es la misma que se encargaba del traslado de las obras de Rablaci y del montaje de sus exposiciones.

La juez investiga a Císcar y todo la excúpula directiva del IVAM por múltiples irregularidades, desde la compra de obras de arte, al pago de comisarios y a las más variopintas contrataciones, desde el abono de traducciones a servicios de publicidad. La última diligencia con cierta relevancia fue un informe de la Intervención (2004-2013) que destacaba que la institución adquirió en cuatro años más 335 obras que costaron 11 millones de euros y en cuyos procesos se detectaron graves deficiencias. Un buen número de sospechas se concentran en la fundición de ocho esculturas de Gerardo Rueda, siete años después de haber fallecido, con lo que «se benefició al heredero del artista en una cantidad superior a los dos millones de euros». El IVAM compró fundiciones al heredero, es decir, no adquirió piezas propias del artista.

Consuelo Císcar aseguró recientemente que ese informe de la Intervención General de la Generalitat resulta «confuso, inexacto y claramente tendencioso y sesgado en su redacción». La investigada insistió en que la instrucción está incurriendo sistemáticamente en el ilícito de prospección, es decir, ir dando bandazos e investigarlo todo con razón o sin ella en una búsqueda obsesiva e irracional de una pretendida culpabilidad».

Articulo original publicado el 13/12/2016 en www.lasprovincias.es
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