La misma mercantil, investigada por las irregularidades en el Palau, también realizaba trabajos personales para el hijo y un yerno de la vocal del CVC
La frontera entre la esfera pública y privada tenía límites difusos, prácticamente inexistentes, para la exdirectora del Institut Valencià d´Art Modern (IVAM), Consuelo Císcar. Un testigo citado por la policía en la investigación judicial contra la vocal del Consell Valencià de Cultura (CVC) ha admitido a los agentes que la empresa de transportes contratada por el museo también realizaba trabajos «personales» para Consuelo Císcar, su hijo, de nombre artístico «Rablaci» y otros miembros de la familia.
Según su testimonio, «Consuelo Císcar llamaba a Quique Martínez „propietario Logística del Arte SL e investigado en esta misma causa„ en numerosas ocasiones para solicitarle, entre otras cosas, que le mandase a alguien para que llevase a su madre a la peluquería o a cualquier otro sitio». Las mercantiles de este mismo empresario también se utilizaban «para el traslado de enseres entre diversos domicilios de la ciudad de Valencia, relacionado con Consuelo Císcar, que no tenía nada que ver con obras de arte ni con el IVAM».
Este servicio de mudanzas, presuntamente gratuito para Císcar y a costa del erario público según sospechan los investigadores, también se extendía al exsubdirector del IVAM y yerno de Consuelo Císcar, Juan Carlos Lledó. El mismo trabajador declaró ante los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Valencia que en otra ocasión «varios trabajadores de la empresa realizaron el traslado de enseres particulares entre los domicilios del señor Lledó en la ciudad de Valencia».
El mismo testigo también aportó a los agentes otro detalle significativo para la investigación: el traslado de una de las obras expuesta en el IVAM al chalé que Consuelo Císcar y Rafael Blasco (encarcelado por el desvío de ayudas a la Cooperación) tienen en Alzira. «La pieza de arte era una escultura de un hombre, totalmente de color blanco, con unos tubos fluorescentes, de tamaño natural» y fue entregada en el mismo chalé «a varias personas que trabajaban y la propia Consuelo Císcar».
De un servicio similar se benefició el hermano de la vocal del CVC y actual diputado del PSPV-PSOE, Ciprià Ciscar. «En una ocasión Consuelo Císcar se personó en las instalaciones de Logística del Arte en Bétera, a última hora de la tarde, para elegir un cuadro de su hijo „Rablaci, «del que se guardaban muchas obras»„ que era el regalo de Navidad para el hermano de Consuelo», explica el mismo testigo. «Al día siguiente se trasladó, mediante un furgón, dicho cuadro por empleados de Logística al domicilio del hermano de Consuelo», añadió el empleado a los agentes. Logística del Arte también era la encargada del traslado y montaje de las obras de Rablaci cuando realizaba exposiciones.
El testimonio de este trabajador se ha incorporado a la causa del Juzgado de Instrucción 21 de Valencia que investiga los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y falsedad documental, supuestamente cometidos por Císcar y cuatro exsubdirectores del IVAM: Juan Bría, Juan Carlos Lledó (pareja de una hija de la exdirectora), Norberto Martínez y Raquel Gutiérrez. La magistrada instructora, Nuria Soler, también incluyó en esta causa Enrique Bienvenido Martínez Murillo, propietario de las empresas de transporte Sakvitur, Valsatrans y Logística del Arte por la «decisión unilateral» de los responsables del museo de «imponer a las empresas de Enrique Bienvenido Martínez Murillo para los transportes de obras de arte del IVAM» sin respetar la legislación de contratos.