En enero de 2018, recibimos la noticia de la aprobación por parte de la mayoría de grupos de les Corts, de la nueva Ley del IVAM que viene a sustituir a la anterior, adecuando su funcionamiento al nuevo contexto político y social, con el objetivo de evitar su manipulación y consiguiente pérdida de prestigio de la institución.
Desde las organizaciones de la sociedad civil, en nuestro caso desde Artistes Visuals de València, Alacant i Castelló, AVVAC y desde la UNIÓN_AC, hemos reclamado con insistencia que las instituciones comunicaran periódicamente sus planes de actuación y qué, más allá de un blindaje de la programación, se activaran dinámicas más abiertas y acordes a los tiempos, estableciendo una colaboración real entre los sectores académico, científico y profesional.
En el nuevo contexto descrito, se hace imprescindible que la sociedad civil esté presente, abriéndose cauces de participación, a través de las organizaciones representativas afectadas en el ámbito de su gestión. Por tanto, esta presencia en las instituciones, que además gestionan los recursos públicos necesarios para el desarrollo de una política cultural ajustada a los nuevos tiempos, deben ir más allá de dinámicas de colaboración puntual. Reivindicamos por lo tanto, una presencia activa en la toma de decisiones de dicho organismo, cuyos objetivos nos afectan como parte del germen constituyente que da sentido a este organismo público en nuestro ámbito.
La “democracia participativa” es un modelo político que promueve en la ciudadanía la capacidad de asociarse y organizarse, con el fin de ejercer una influencia directa en la toma de decisiones y que se sitúa un paso adelante en la democracia formal, mejorando su calidad. Existen ya, en diferentes instituciones públicas, leyes o normativas de “participación ciudadana” que crean y establecen herramientas efectivas, que aumentan y profundizan en la democracia participativa, superando modelos más burocráticos y anacrónicos.
Para que esa participación mejorada, se extienda en el ámbito cultural, es imprescindible la potenciación y estructuración del mismo en asociaciones profesionales fuertes y representativas. En nuestro caso, en el terreno de las artes visuales se ha dado como respuesta social, pero falta su implementación en la organización sistemática, por lo que es deber del conjunto del sector y nuestro fundamento, seguir trabajando en su extensión e implementación, a través del análisis, la denuncia y el dialogo.
Sin duda se han producido mejoras sustanciales, cabe recordar todavía cuando la mayoría de directores de museos eran elegidos directamente, sin la participación pública ni la concurrencia concursal. Ahora, casi el 100% se eligen a través de concurso público, en base a proyecto e implementan, todo o en parte, el Manual de Buenas Prácticas que tanto hemos colaborado en impulsar y por el que seguiremos trabajando hasta alcanzar todos sus objetivos.
Avanzando en todo lo expuesto, pensamos que la falta de una parte de representación del sector artístico de la Comunidad en el consejo asesor del IVAM, más allá de la conveniencia de la presencia del entorno académico/científico, resta diversidad y debilita la participación, generando una situación de discriminación que no podemos compartir.
Pedimos que se replantee la actual situación, estableciendo una institución aun más abierta integrando en su gestión a las asociaciones profesionales, más allá de puntuales y amigables encuentros. De otro modo, sería deficiente e incompleto el planteamiento actualizado de esta institución. Recordamos como instituciones de países con democracias más consolidadas que la nuestra (Arts Councils al estilo británico o canadiense), hace tiempo que consideran que los profesionales no solo deben participar en las decisiones sino que también deben hacerlo en la gestión de sus fondos.
Julio de 2018 Grupo de Coordinación de AVVAC